Cuando notamos que alguien "huele mal" se debe a que esta persona emite una serie de moléculas que percibimos en nuestros sensores olfativos, cuya sensibilidad es asombrosa. No obstante, cuando somos nosotros mismos los que emitimos el olor, puede que no seamos conscientes de ello porque nuestros sentidos se saturan, los sensores se acostumbran al olor y ya no lo detectan.

En el caso del mal aliento, podemos recurrir al uso de sales de zinc o estaño que ayudan a eliminar las bacterias que producen el metilmercaptano.
En cuanto al olor de pies, suele ser más útil recurrir a plantillas con carbón vegetal, que insertado en ellas en forma de pequeños granos, absorbe el metilmercaptano evitando que pase al ambiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario